A lo largo de esta sección propondremos una frase, que sirve como punto de partida a una historia que inventéis. Así de un comienzo en común saldrán varias historias según el autor. Podéis escribir vuestros pequeños cuentos en los comentarios.
Deseaba morderlo, un hilillo de baba densa se deslizaba por la comisura de su boca. Sus ojos estaban iluminados por un extraño fulgor. Se fue acercando lentamente al objeto de deseo, lo agarró con ambas manos y justo cuando estaba llevándoselo a la boca para asestar la ansiada dentellada, sintió un latigazo en el cogote. Se volvió rápidamente para averiguar la causa de la desagradable sensación que había impedido su momento de disfrute y vio la cara de su madre con el ceño fruncido y la mano todavía levantada. "¡Manolito, no muerdas a tu hermano!"
Deseaba morderlo. Lo hizo, le hincó el diente procurando no rozarlo con los labios. Esforzándose por no aproximar su lengua demasiado. Tratando de mantenerse lo más alejado posible de aquella superficie nauseabunda. ¿Es posible que aun mordiendo haya lugar para el equívoco? Apretó las mandíbulas enrabietado. La carne, comenzó a desgarrarse. Los gritos se ahogaban en la tensión de los maxilares, en la desesperación del forcejeo. Soltó la presa. Escupió la carne. La sangre le manchaba la barbilla, los labios, ensuciaba su lengua. Los dientes no deberían estar en la boca, pensó. Se dio la vuelta y comenzó a caminar, imaginando la de cosas que se pueden hacer con una boca.
-Deseaba morderlo... -Dijo el hombre lobo con pesar. -Debes aprender a controlar tus impulsos,¡Qué ya no estamos en el siglo dieciocho! Las cosas se hacen de otra manera -sentenció la mujer barbuda con gesto contrariado.
(mierda!!!) (..la la la..) ..venga niñas...al unísono padre nuestro que estás.... (buffffff..) ave maria que estás.. (buffff...) (¿¿¿Donde Estais Coño???) (moder, morder, morder)
Parece imposible haber llegado a este punto, a este sentimiento tan violento y amenazador por mi parte...no me pega nada...de repente...el corderito se volvía lobo y los 3 lobos serían mi presa...como 3 blanquitos, carnositos y, en breve, moribundos corderitos ...jajajajajaj...jajajaj (risa malbada)... con el absurdo y único fin de acabar cuanto antes con esto,!no estoy preparada, hoy no! deseaba morderlos en el pescuezo tan fuerte, tan tan fuerte que me suplicaran clemencia y me pusiesen un puto 5 punto 0 en este examen de mierda que nunca debió empezar y que rápido voy a matar desangrado... Maléfica (hoy)
Deseaba morderlo...mmmmmmmhhhhh.. ..Aguanta... pero...mmmmmmmhhhh...solo un mordisquete para saciar esta atracción fatal....mmmmmmmmhhhh...aaaaagggggrrrrr... ¡chocolateeeeeeeee!!!!
Deseaba morderlo y morderlo sin criterio ninguno. No era por hambre, sino por ira. Su única intención era la de infundir dolor, una tortura eterna. Propinándole el suplicio del cual era digno. Sintiendo entre los dientes la exánime resistencia de la carne humana, mirándole a los ojos desencajados, acariciando con los labios el temblor de la piel sensible. La rabiosa causa de tal cruel acción, no era otra que la venganza: hubo un tiempo que el ahora mordido fue mordedor. Los detalles son los que siguen: un mediodía, de vuelta a casa, al pasar junto al buzón de correos de la esquina del italiano, el señor Santos Belinche, ... (continuará).
(Continuación), su hijastro y su esposa estaban a punto de cruzarse con el destino. Un pájaro se había colado en la casa de Maite, la vecina más novata en el barrio. En la ventana que hay encima del estanco antiguo, la gruesa esposa de Martín llamaba a su hijo a la voz de -"la comida está en la mesa". Un taxi de otra ciudad (era negro con una raya malva, y con una enorme "T" en el capó) paraba a dos metros del único paso de cebra del cruce de calles. Al los breves segundos, Maite consigue de malas maneras que e pájaro intruso salga de su cocina. Y Tino, el hijo de Martín y de la señora gruesa, cruzaba como alma que lleva el diablo por el paso de cebra en dirección contraria a Santos y su familia que, puestos en rigurosa fila, esperaban poder pasar. Del taxi bajaba unos pies con zapatos blancos, que con el resto del cuerpo dentro del auto parecía estar finalizando una conversación con el conductor. Los pies volvieron a entrar, y se oyó un fuerte portazo. En ese preciso instante el conductor baja del coche de forma aturullada, (continuará).
(continuación) comenzando una búsqueda nerviosa a dos manos en los bolsillos del pantalón, de la chaqueta, otra vez en el pantalón. Con la mirada fija en el suelo, el conductor, se detiene un momento, levanta la cabeza y ve a Santos y los suyos, se acerca y con la voz subida les pide una moneda. Santos niega con la cabeza sin dejar de mirar el semáforo. El excitado conductor mira hacia el taxi, y con la mirada fija en la silueta que se distingue en el asiento trasero, susurra: -una moneda, por favor, necesito telefonear. Santos Beliche con un pie puesto en la acera y otro en la calzada, (continuará)
(Continuación) sin casi dar tiempo a que la carrera de Tino llegase a su fin, giró la cadera bruscamente y de un brinco saltó sobre el conductor, propinándole un fuerte mordisco en el abdomen del conductor. En poco tiempo la camisa se tiñó de rojo sangre. Santos volvió a levantar la cabeza para embestir con más fiereza, si cabe, sobre el cuerpo tendido en la acera. El semáforo se puso en verde peatonal, pero allí nadie movió un pelo. La esposa de Santos y su hijo observaron la escena paralizados. Toda la calle quedó congelada. Santos se incorporó, y con la cara llena de sangre anduvo con seguridad y firmeza hacia el taxi. Con violencia golpeó el cristal de la puerta trasera. Hizo un gesto de haberse hecho daño. Abrió la puerta, pero dentro no había nadie. Echando el cuerpo hacia atrás gritó: ¡cabrón! Y durante unos segundo esta palabra se quedó sujeta a la escena. Unos pasos en carrera se oían por alguna parte. Santos quedó respirando con fuerza, con la manga se limpiaba la boca. Tino, que aún estaba inmóvil, (continuará).
Deseaba morderlo, aunque sabía que no debía hacerlo.Si comenzaba, no iba a conseguir parar. Mis ansias se apoderaban de mí.No podía hacerlo, no otra vez.Pero lo necesito! Observaba su forma y textura apetitosa.Pero,¿Qué estoy haciendo?.Sólo un mordisco, uno y no más, me digo a mi misma mordiendome los labios. En cuanto comencé no pude parar; su textura y sabor se habían convertido en algo insípito, una masa pastosa que se deslizaba por mi garganta. ¿Qué estoy haciendo?,¿Qué intento llenar?.No puedo seguir haciendome esto, es la última vez, me repito a mi misma una y otra vez.Mientras cierro la puerta del baño y dejo el agua correr.
deseaba morderlo... pero no le salió de la polla, porque paqué si las mamadas con dientes hacen un daño terrible, que por cierto ya sé que clan inventó eso de chupar...porque no me jodais que lo de morder ya sabemos quien lo desea y quien ni se lo plantea o lo que es lo mismo los que piensan y no hacen frente a los que hacen y no piensan. Ale a mamarla todos. Un beso haitiano hermanos Propongo que me hecheis un poco de más porque de menos no se os ha debido ocurrir.
deseaba morderlo, pero se le ocurrió que era mejor anunciar que iba a tener un hijo, y no leais entre líneas que a mí siempre me fue lo de blanco y en botella porque que coño es eso de salir de marcha? aquí se folla o no se folla. Desgraciadamente ese es mi único legado
deseaba morderlo, pero era un puto gordo libanés encargado de dirigir a esclavos. me siento solo pero no es la primera ni la última, pero siempre se deja uno algo especial y las noches de dientes de ojo... se os quiere maricas. agua de borraja
DDO es un “equipo de acción” e investigación artística que organiza talleres, conferencias e intervenciones en espacios diversos. Paralelamente se gestiona la publicación Dientes de Ojo. Trabajos artísticos publicados que recopila, bajo un formato variante, trabajos de diversos colaboradores. Los parámetros utilizados para la ideación, montaje y distribución Dientes de Ojo, son empleados para la realización de propuestas de tipo performativo o instalativo.
16 comentarios:
Deseaba morderlo, un hilillo de baba densa se deslizaba por la comisura de su boca. Sus ojos estaban iluminados por un extraño fulgor. Se fue acercando lentamente al objeto de deseo, lo agarró con ambas manos y justo cuando estaba llevándoselo a la boca para asestar la ansiada dentellada, sintió un latigazo en el cogote. Se volvió rápidamente para averiguar la causa de la desagradable sensación que había impedido su momento de disfrute y vio la cara de su madre con el ceño fruncido y la mano todavía levantada. "¡Manolito, no muerdas a tu hermano!"
Deseaba morderlo. Lo hizo, le hincó el diente procurando no rozarlo con los labios. Esforzándose por no aproximar su lengua demasiado. Tratando de mantenerse lo más alejado posible de aquella superficie nauseabunda. ¿Es posible que aun mordiendo haya lugar para el equívoco? Apretó las mandíbulas enrabietado. La carne, comenzó a desgarrarse. Los gritos se ahogaban en la tensión de los maxilares, en la desesperación del forcejeo. Soltó la presa. Escupió la carne. La sangre le manchaba la barbilla, los labios, ensuciaba su lengua. Los dientes no deberían estar en la boca, pensó. Se dio la vuelta y comenzó a caminar, imaginando la de cosas que se pueden hacer con una boca.
Deseaba morderlo. ¡Maldita sea, deseaba hacerlo!
-Deseaba morderlo... -Dijo el hombre lobo con pesar.
-Debes aprender a controlar tus impulsos,¡Qué ya no estamos en el siglo dieciocho! Las cosas se hacen de otra manera -sentenció la mujer barbuda con gesto contrariado.
(Sólo Deseaba Morderlo)
(mierda!!!)
(..la la la..)
..venga niñas...al unísono
padre nuestro que estás....
(buffffff..)
ave maria que estás..
(buffff...)
(¿¿¿Donde Estais Coño???)
(moder, morder, morder)
...
yo sólo digo eso
Deseaba Morderlo
pero antes, sólo un segundo antes de mi mordisquillo..
me mató de aburrimiento.
fulminada.
una pena.
Parece imposible haber llegado a este punto, a este sentimiento tan violento y amenazador por mi parte...no me pega nada...de repente...el corderito se volvía lobo y los 3 lobos serían mi presa...como 3 blanquitos, carnositos y, en breve, moribundos corderitos
...jajajajajaj...jajajaj (risa malbada)...
con el absurdo y único fin de acabar cuanto antes con esto,!no estoy preparada, hoy no! deseaba morderlos en el pescuezo tan fuerte, tan tan fuerte que me suplicaran clemencia y me pusiesen un puto 5 punto 0 en este examen de mierda que nunca debió empezar y que rápido voy a matar desangrado...
Maléfica (hoy)
Deseaba morderlo...mmmmmmmhhhhh..
..Aguanta...
pero...mmmmmmmhhhh...solo un mordisquete para saciar esta atracción fatal....mmmmmmmmhhhh...aaaaagggggrrrrr...
¡chocolateeeeeeeee!!!!
Deseaba morderlo y morderlo sin criterio ninguno. No era por hambre, sino por ira. Su única intención era la de infundir dolor, una tortura eterna. Propinándole el suplicio del cual era digno. Sintiendo entre los dientes la exánime resistencia de la carne humana, mirándole a los ojos desencajados, acariciando con los labios el temblor de la piel sensible. La rabiosa causa de tal cruel acción, no era otra que la venganza: hubo un tiempo que el ahora mordido fue mordedor. Los detalles son los que siguen: un mediodía, de vuelta a casa, al pasar junto al buzón de correos de la esquina del italiano, el señor Santos Belinche, ... (continuará).
(Continuación), su hijastro y su esposa estaban a punto de cruzarse con el destino.
Un pájaro se había colado en la casa de Maite, la vecina más novata en el barrio. En la ventana que hay encima del estanco antiguo, la gruesa esposa de Martín llamaba a su hijo a la voz de -"la comida está en la mesa". Un taxi de otra ciudad (era negro con una raya malva, y con una enorme "T" en el capó) paraba a dos metros del único paso de cebra del cruce de calles. Al los breves segundos, Maite consigue de malas maneras que e pájaro intruso salga de su cocina. Y Tino, el hijo de Martín y de la señora gruesa, cruzaba como alma que lleva el diablo por el paso de cebra en dirección contraria a Santos y su familia que, puestos en rigurosa fila, esperaban poder pasar. Del taxi bajaba unos pies con zapatos blancos, que con el resto del cuerpo dentro del auto parecía estar finalizando una conversación con el conductor. Los pies volvieron a entrar, y se oyó un fuerte portazo. En ese preciso instante el conductor baja del coche de forma aturullada, (continuará).
(continuación) comenzando una búsqueda nerviosa a dos manos en los bolsillos del pantalón, de la chaqueta, otra vez en el pantalón. Con la mirada fija en el suelo, el conductor, se detiene un momento, levanta la cabeza y ve a Santos y los suyos, se acerca y con la voz subida les pide una moneda. Santos niega con la cabeza sin dejar de mirar el semáforo. El excitado conductor mira hacia el taxi, y con la mirada fija en la silueta que se distingue en el asiento trasero, susurra: -una moneda, por favor, necesito telefonear. Santos Beliche con un pie puesto en la acera y otro en la calzada, (continuará)
(Continuación) sin casi dar tiempo a que la carrera de Tino llegase a su fin, giró la cadera bruscamente y de un brinco saltó sobre el conductor, propinándole un fuerte mordisco en el abdomen del conductor. En poco tiempo la camisa se tiñó de rojo sangre. Santos volvió a levantar la cabeza para embestir con más fiereza, si cabe, sobre el cuerpo tendido en la acera. El semáforo se puso en verde peatonal, pero allí nadie movió un pelo. La esposa de Santos y su hijo observaron la escena paralizados. Toda la calle quedó congelada. Santos se incorporó, y con la cara llena de sangre anduvo con seguridad y firmeza hacia el taxi. Con violencia golpeó el cristal de la puerta trasera. Hizo un gesto de haberse hecho daño. Abrió la puerta, pero dentro no había nadie. Echando el cuerpo hacia atrás gritó: ¡cabrón! Y durante unos segundo esta palabra se quedó sujeta a la escena. Unos pasos en carrera se oían por alguna parte. Santos quedó respirando con fuerza, con la manga se limpiaba la boca. Tino, que aún estaba inmóvil, (continuará).
Deseaba morderlo, aunque sabía que no debía hacerlo.Si comenzaba, no iba a conseguir parar.
Mis ansias se apoderaban de mí.No podía hacerlo, no otra vez.Pero lo necesito!
Observaba su forma y textura apetitosa.Pero,¿Qué estoy haciendo?.Sólo un mordisco, uno y no más, me digo a mi misma mordiendome los labios.
En cuanto comencé no pude parar; su textura y sabor se habían convertido en algo insípito, una masa pastosa que se deslizaba por mi garganta.
¿Qué estoy haciendo?,¿Qué intento llenar?.No puedo seguir haciendome esto, es la última vez, me repito a mi misma una y otra vez.Mientras cierro la puerta del baño y dejo el agua correr.
deseaba morderlo...
pero no le salió de la polla, porque paqué si las mamadas con dientes hacen un daño terrible, que por cierto ya sé que clan inventó eso de chupar...porque no me jodais que lo de morder ya sabemos quien lo desea y quien ni se lo plantea o lo que es lo mismo los que piensan y no hacen frente a los que hacen y no piensan.
Ale a mamarla todos.
Un beso haitiano hermanos
Propongo que me hecheis un poco de más porque de menos no se os ha debido ocurrir.
deseaba morderlo, pero se le ocurrió que era mejor anunciar que iba a tener un hijo, y no leais entre líneas que a mí siempre me fue lo de blanco y en botella porque que coño es eso de salir de marcha? aquí se folla o no se folla. Desgraciadamente ese es mi único legado
deseaba morderlo, pero era un puto gordo libanés encargado de dirigir a esclavos.
me siento solo pero no es la primera ni la última, pero siempre se deja uno algo especial y las noches de dientes de ojo... se os quiere maricas.
agua de borraja
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